jueves, 23 de junio de 2011

Las manos del maestro!

Estaba golpeado y marcado y el rematador en una subasta y penso que por su escaso valor, no tenia sentido perder demasiado tiempo con el viejo violin, pero lo levanto con una sonrisa.

-¿Cuanto dan senores? -grito-, ¿quien empezara a apostar por mi?

-Un dolar, un dolar- alguien replico, despues dos dolares.

-¿Solo dos?

-Dos dolares y ¿quien da tres?, tres dolares, a la una; tres dolares a las

dos; y van tres…

Pero NO, desde el fondo de la sala un hombre canoso se adelanto y recogio el arco; luego, despues de quitar el polvo del violin y estirado las cuerdas flojas, las afino y toco una melodia pura y dulce como un coro de angeles.
Ceso la musica y el rematador, con una voz silenciosa y baja dijo: -¿Cuanto me dan por el viejo violin? y lo levanto en alto con el arco.

-Mil dolares y… ¿quien da dos? ¡Dos mil!, ¿Y quien da tres? Tres mil a la una, tres mil a las dos; y se va y se fue, -dijo.

La gente aplaudia, pero algunos decian: “No entendemos bien, ¿que cambio
su valor?”. La respuesta no se hizo esperar: “¡La Mano del Maestro!”
Que una melodia celestial brote hoy de tu vida, si te dejas usar en las manos del Maestro por excelencia.

Efesios 2:10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesus para buenas obras, las cuales Dios preparo de antemano para que anduviesemos en ellas.

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Los deseos del hombre son infinitos, mientras más tienes, más quieres. Pero a pesar de tener mucho, el alma no se sacia, siempre hay un punto de insatisfacción. Porque fuimos creados para ser saciados por nuestro Padre celestial, el camino de Dios es camino de satisfacción, sin El, siempre estaremos insatisfechos. Dios los bendiga!